Fue hijo de puesteros de estancia, peón él mismo en un arenero cuando afirmaban a Villa Gesell para que no se la llevara el viento, en 1947.
El “Negro” Luna, sufrió una descompensación renal el 6 de febrero. Fue en Puerto Deseado, actuando en una jineteada, Caleta Olivia durante una gira artística por la Patagonia.
Ya le faltaba un riñón y se complicó hasta derivar en la perforación del duodeno y una infección intestinal. Lograron estabilizaron en el Hospital de Caleta Olivia, hasta que la jefa de terapia intensiva Viviana Romero, autorizó que sea trasladado a la Fundación Favaloro en la Capital Federal.
El 23 de febrero, fue sometido a una nueva operación, hasta madrugada siguiente. Desde entonces Estuvo en terapia intensiva, con pronóstico reservado.
Grabó más de 300 canciones: huellas, milongas, zambas, triunfos, cifras y poemas entre otros ritmos criollos. Grabó 50 discos. Llegó a Buenos Aires en los 60 y llegó a la TV en 1968. Su otra patria chica fue Quilmes.
Viajero sin límites llegó a Brasil donde grabó “Milonga de tres banderas”, del riograndense Caetano Braum. El “misterio de la milonga”, con apenas un bordoneo, lo aprendió de los criollos de Madariaga. Y con esa escuela recorrió el mundo, dejando una huella.
“Moriré con una milonga”
A “Un cielo limpio repartiendo estrellas” quizás su verso más logrado, sumó otros bellísimos. Ya en los 90 tenía 45 discos. También actuó en Japón, EE.UU., Costa Rica, Panamá, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Padre de cinco hijos de dos matrimonios, compuso más de 300 canciones, como “Zamba para decir adiós”, su primer gran éxito, “Mire qué lindo es mi país paisano”, “Mirá, lo que son las cosas”, “Pero el poncho no aparece”, y “Me preguntan como ando”. Logró La Palma de Plata, El Limón de Oro, Gardel de Oro, y El Charrúa de Oro, entre otros galardones.
“Me voy a morir tocando una milonga, o con un poema de Yamandú Rodríguez que aprendí cuando corría a atar el caballo con mi padre, en Madariaga”, contaba nostalgioso.
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